Argumento de Estudios Filosóficos de Historia de la Ciencia
«¿Historiador de la ciencia que un día le picó la mosca y se dedicó a lo que no era lo suyo? No, claro, aunque incluso de ser así no entiendo por qué debería aceptarse una manera tan oficinesca y burocratizada de ver las cosas del pensar, que codicia encajonar a cada uno en la casilla en la que debe estarse quieto, como si de un nicho se tratara en el que, ya inviviente, sólo le falta ir pudriéndose poco a poco. Quiero manifestar una vez más lo malévolo y mortífero que me ha pare3cido siempre el que nuestras universidades conviertan a los suyos en profesores de una cada vez más pequeña pelismidad, `mi materia`, haciendo que se olvide de por vida el conjunto entero del pensar, el esfuerzo maravilloso de intentar pensarlo todo, de pensar el todo [...] Antes y ahora, eterno y montaraz papador de libertades, sigo siendo el mismo cavilador rumiante de pensares. Y los pensares se van espesando y enredando. ¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo? No lo sé. Yo no tengo la respuesta».
(del Prólogo del autor)0