Hay tres razones para leer este nueva historia de Chile contemporáneo. La primera es que se trata de algo diferente: abarca no solo aspectos políticos, económicos y sociales sino también la historia de la vida cotidiana y episodios que marcaron o impresionaron al país. La segunda es que está escrita con el deseo de llegar a cualquier chileno de una cultura mediana, pero con profundidad. Y la tercera tiene que ver con el afán de objetividad, desafío que, para la historiografía reciente, es particularmente complejo en función de los traumas colectivos que la sociedad ha vivido en los últimos cincuenta años. Después de aventurarse por estas páginas, sin duda el lector quedará con una imagen más completa de Chile contemporáneo y, a partir de un relato ameno y de fácil lectura, accederá además a aspectos poco conocidos de una historia rica en sucesos singulares y memorables.