Comenzar la historia de la denominada Antigüedad Tardía en el s. III d. C. es una tradición historiográfica; prolongarla con el estudio del reino visigodo es un hecho usual en muchos manuales. En la presente obra se analizan los cambios y transformaciones operados en la Hispania romana sin los usuales tópicos historiográficos, con la ayuda de un método científico riguroso, la iluminación de nuevas interpretaciones y un dominio riguroso de la documentación. La concepción del s. III d. C. como un período de crisis y de recesión constituye uno de los supuestos más arraigados. En la obra presente se pone de manifiesto que dicho siglo en Hispania no encarna una época clara y bien conocida. Se intuye como un período de transición que dará paso al s. IV, matriz fecunda de oportunas reorganizaciones y profundas transformaciones que son estudiadas en sus componentes básicos económicos, sociales y étnico-culturales. Frente a otros reinos bárbaros el Estado visigodo tiene la singularidad de emerger como aquellos en la etapa crepuscular del Imperio romano, pero de extinguirse bruscamente con la invasión árabe. Los visigodos no pudieron constituir su reino sobre bases totalmente novedosas, pues ellos mismos eran deudores de la cultura romana en sus aspectos materiales e intelectuales. En el libro se analiza la continuidad de esos elementos después de la desintegración política del Imperio y se estudia el grado con el que se prefiguran en época bajoimperial características de la Edad Media, presentando un panorama de los diversos hechos políticos, de las instituciones visigodas, de la estructura económica y del carácter de la sociedad visigoda desde las invasiones bárbaras de la Península hasta el ocaso del reino visigodo.