Los capítulos de la novela, hasta cierto punto, pueden leerse como relatos cortos conectados. Desgranan las vicisitudes de este personaje en los ambientes que frecuenta: casa, bares y biblioteca (en orden de prioridad). El telón de fondo son sus titubeantes escarceos con el bello sexo que, en su caso, suele ser el femenino. Y que tienen lugar en el chat, primordialmente, donde también aturde a débiles pero no inmaculadas mentes adolescentes.
HIKIKOMORI, en definitiva, no será feliz ni aun siéndolo pero lucha, a su modo y sin demasiada dedicación, por serlo.