Tercero de la serie. Enamorarse del jefe era algo casi prohibido, y la jefa de enfermeras Sara Beth O'Connell estaba perdidamente enamorada del suyo, Ted Bonner; un médico moreno, alto y guapo. Por eso, cuando Lisa Armstrong le pidió que actuara como espía para salvar al Instituto Armstrong del escándalo, la asaltaron los nervios. Y no sólo porque temiera ser descubierta, sino también porque aquello implicaba que tendría que trabajar muy, pero que muy estrechamente con el dedicado médico. Aunque a Ted Bonner le parecía que Sara Beth ocultaba algo, le había pedido que lo acompañara a una cena en casa de sus padres por San Valentín, y la joven lo conquistó.