Este trabajo constituye en primer lugar, aunque no exclusivamente, una exposición de las justificaciones teóricas que han tenido las persecuciones alentadas por las distintas intolerancias religiosas. Desde un punto de vista más constructivo, su propósito es poner de manifiesto como algunos de los elementos que conformaban las bases de tales doctrinas de la intolerancia y la persecución fueron tomadas y reformuladas con un fin distinto: permitir al hombre ser más libre para sentir y pensar, dando lugar a un nuevo marco de referencia moral: los derechos humanos. Esta evolución se produce desde uno de los elementos más íntimos y personales del ser humano, el sentimiento religioso. Lo cual, a su vez, permite abordar ciertos aspectos metodológicos y de contenido relativos a los derechos humanos, defendiendo su análisis histórico y filosófico desde una comprensión racional, que permita su aceptación universal.