Heráclito incluye dos seminarios dictados en la Universidad de Friburgo: El inicio del pensar occidental (Heráclito), del semestre de verano de 1943, y Lógica. La doctrina de Heráclito del Lógos, del semestre de verano de 1944.
En el primero, Heidegger parte de la figura de Heráclito como filósofo oscuro para rebatir las interpretaciones tradicionales de su pensamiento y hacer surgir una reflexión que no desatienda aquella verdad inicial que sólo se revela al ocultarse. Sobre la base de un reordenamiento propio de los fragmentos transmitidos, Heidegger analiza de modo inmanente las relaciones que establecen conceptos fundamentales del pensar griego como ser, ente, naturaleza y verdad, a la vez que expone los límites y los desvaríos del pensamiento metafísico cada vez que éste se ha confrontado con el pensar inicial.
En la segundo, Heidegger desarticula la tríada científica griega (lógica, física y ética) para mostrar cómo en la equiparación de lógica y pensamiento se ha fundado el destino de Occidente. El cuestionamiento de la metafísica (en cuanto vía que impide escuchar el Lógos originario) alcanza aquí su mayor potencia, al mismo tiempo que se despliegan en toda su multiplicidad los diferentes caminos que pueden conducir al hombre, en cuanto resguardador del ser, a la esencia inicial del Lógos.