En este tercer volumen, Andrónico y su familia terminan de comentar el libro de los Hechos de los Apóstoles (actuales capítulos 19-28). Los grandes viajes misioneros de Pablo (comentados en El macedonio) ceden ahora el puesto a largos períodos sedentarios (dos años en Éfeso, dos en Cesarea, dos en Roma) y a los viajes finales (de Éfeso a Corinto, de Corinto a Jerusalén, de Cesarea a Roma). Los bienios de Éfeso y Cesarea, sobre los que Lucas ofrece pocos datos, sugieren a Andrónico la posibilidad de rellenarlos con la lectura de cartas de Pablo escritas en esos momentos: 1 y 2 Corintios, Romanos, Filemón y Filipenses.
Los apéndices de este tercer tomo se centran en cuatro cartas de Pablo, tratándolas de manera muy desigual. Los ocho primeros están dedicados a diversos temas de la primera carta a los corintios; el 9 ofrece una posible reconstrucción de los conflictos y viajes subyacentes a 2 Corintios; el 10, una guía de lectura a la carta a los filipenses; el 11 presenta los ocho primeros capítulos de la carta a los romanos, con una mezcla de ficción y exposición; el 12 intenta responder, sin conseguirlo, al misterio que plantea el final abrupto de Lucas: ¿qué le ocurrió a Pablo tras la llegada a Roma?; el 13, en una tarea igualmente descabellada, ofrece una nota sobre la cronología paulina.