Hasta donde tú me lleves
No tengas miedo. Esto también pasará. Tranquilo, corazón. No latas tan deprisa. No hay urgencia en morirse ¡Faltaría más que hasta para morir tengamos que correr! Deja que ahora sea yo quien disfrute al hacerte sufrir, y saboree cada segundo en el que siento que te marchas. Llevándote contigo los aleteos de amor que no me quisiste regalar. Y cuando estés ahí, sumergido en la noche más profunda, en la boca del lobo más insaciable y a tientas pretendas seguir caminando. Entonces, alza la vista y mira entre la oscuridad? y verás la luz.