El jazz nació en Estados Unidos casi al mismo tiempo que la grabación de sonido. Fue la primera forma de música popular autóctona capaz de viajar libremente más allá de su territorio natal. Hasta entonces, solo la música escrita tenía esa libertad, lo que facilitó la expansión de la tradición clásica europea. Sin embargo, la mayor parte de la música del mundo no está escrita. Se trata de música de intérprete, no de compositor, y se expresa con sus propias voces.