Poderosos motivos vetan la consulta médica o el consuelo eclesiástico, y opta por recurrir a las artes lisboetas de un médium convocado por su hermano Nicolás. Su revelación: la paloma fugitiva se encontrará entre faralaes. Así pues, el Coronel Salgado y el joven Teniente Gelmírez parten a la Feria de Abril sevillana guiados por el ambiguo decreto. En la Caseta del célebre Esmeralda, varón entendido y entendedor, creen encontrar lo que buscan. Mas el periplo se dobla y desdobla tras un Santo Grial de ambiciones, y a los enviados los arrebata el vórtice de la España manola y asimétrica.