Un hombre genial. Una pasión irresistible. Un cuadro enigmático.
Su relación con Lisa de Giocondo nos acerca como nunca antes al subyugante retrato de esta, del que se ha dicho y escrito casi todo, y a sus dos grandes protagonistas: el pintor y su musa.
Leonardo es un joven curioso y con grandes dotes para el dibujo, que sorprende a todos por su ingenio sin límites. Antes de viajar a Florencia para estudiar en el taller del famoso maestro Verrocchio, conoce a Lisa Gherardini, que se convertirá en su amor platónico.
Famoso ya como pintor con el nombre de Leonardo da Vinci, trabaja en las cortes más espléndidas de Italia, a las órdenes de los Médicis y de los Sforza. En este punto de su vida, se reencuentra con Lisa, ahora Mona Lisa de Giocondo, a quien consigue retratar por fin.
Testigo de la convulsa situación por la que atraviesa Florencia a causa del rigor religioso de Savonarola, decide abandonar la ciudad con el lienzo de la Gioconda, el retrato fetiche de su amor de juventud, nunca correspondido.