Seis años después de La canción del outsider (Premio Generación del 27), Fumando con mis muertos anuncia ya desde su título el protagonismo de una intensa meditación sobre el presente de un sujeto oético que, al tiempo que implica sustancialmente el análisis crítico de la realidad colectiva y el homenajea la poesía y a los poetas, desarrolla una compleja indagación en la memoria afectiva. Libro de múltiples matices, sus cinco secciones proponen la fusión de lo privado y lo colectivo que caracteriza toda la poesía de Álvaro Salvador. De una parte, temas como el ecologismo comprometido, la celebración urbana o la denuncia de la hipocresía del capitalismo. De otra, el retrato de una conciencia moral abrumada por la edad, pero atenta a la belleza y al deseo erótico, de la que el poeta extrae una irónica constatación del deterioro. En ese envejecer serenamente asumido se proyectan los desengaños, las diatribas, los sueños que componen uno de los libros más provocadores de Álvaro Salvador.