Tarde o temprano, todas caían rendidas en sus brazos...
Él era de los que las amaba y luego las abandonaba, y las más atractivas e inteligentes eran las preferidas de Stone Westmoreland. Stone había prometido no volver a permitir que ninguna mujer se le colara en el corazón, pero entonces apareció Madison Winters y convirtió un rutinario viaje en avión en un seductor reto y Stone tuvo que reconsiderar sus normas. Sobre todo, cuando Madison le pidió ayuda y le hizo una oferta que no podía rechazar...