El público entendió, valoró y reconoció el trabajo de los titulados de las Escuelas Superiores de Arte Dramático que en la noche del pasado martes estrenaron en el teatro municipal Obligados y ofendidos de Rojas Zorrilla, dentro del Festival Internacional del Teatro Clásico de Almagro.
Pilar Muñoz (La Tribuna, Almagro 9 de julio de 1998)
Un padre: su hija mete al novio en casa, su hijo no estudia y se gasta en juegos y juergas el dinero que le manda. Estamos en España, hacia 1630; como la de hoy.
Eduardo Haro Tecglen (El País, 13 de septiembre de 1998)
Tiene Obligados y ofendidos una nota sugerente: que con las claves de la comedia de capa y espada presenta una tendencia, corregida naturalmente por el desenlace feliz, a la tragedia, a la fatalidad. Los dos amigos, inexorablemente destinados a batirse en duelo a muerte por cosas de honor es un argumento difícilmente digerible. Y mucho menos la duplicidad de carácter que supone la tensión entre las obligaciones aplazadas de la honra y la pulsión del afecto. Esta dualidad está bien resuelta por la dirección en el último duelo de los amigos desdoblados: una pareja de espadachines parece representar la exigencia del honor, la otra, la exigencia moral.
Javier Villán (El Mundo, 17 de septiembre de 1998)