«Justo antes de que se apagara la luz de la tarde, justo después de mirarse en el espejo de nieve, Nemesio Fernández marcó meticulosamente en el calendario la fecha de su muerte». Así comienza la historia de un Nemesio solitario, paseante, onanista, estreñido y coleccionista de latas de conserva, un protagonista que decide hacer lo que nunca se atrevió cuando le comunican que tiene un cáncer de colon en fase muy avanzada. Fluidos Corporales es una novela madura, valiente, plena, auténtica, dura y muy explícita. Una obra donde se entrelazan reflexiones de las que el ser humano huye con frecuencia; pero que no por ello su mensaje deja de ser un grito de esperanza.