Este relato comienza con una simple sorpresa, esa que nunca esperas y mucho menos que te toque a ti. No sabes qué hacer con ella y por qué ese cáncer se ha presentado, pero hay que hacerle frente pegando los pedacitos rotos en los que se han convertido tu corazón y tu cabeza. Primero te dejas llevar, pero cuando tienes que tomar decisiones sale la loba que llevas dentro y luchas con todo aquello que tienes a tu alcance. El problema viene cuando una vez organizado tu ejercito, te topas de bruces con otro tan doloroso como el tuyo y pasas a ser víctima en dos frentes abiertos.