Argumento de Filiación. Cultura Pagana, Religión de Israel, Orígenes del Cristianismo
Difícilmente se encontrará en el pensamiento del cristianismo primitivo un concepto tan transversal como el de «filiación». Los campos de reflexión trinitario, cristológico, antropológico, eclesiológico, mariológico, escatológico, etc., están íntimamente relacionados con el concepto riquísimo de «filiación». A Jesucristo se le conoció como Hijo de Dios e Hijo del hombre, hijo de María, hijo de David, hijo de José. Se le dio, entre otros, el título de Unigénito (sin hermanos, pues) y el de Primogénito (de muchos hermanos). Era el Verbo Dios engendrado por el Padre. ¿Con arreglo a qué tipo de filiaciones se entendían tan variadas afirmaciones? La Antigüedad clásica y cristiana encerraba dentro de nuestro concepto de «filiación» un sinfín de especies. Los cristianos no vivieron en un mundo aislado, al margen de las diversas sectas judías del momento, o de las distintas escuelas filosóficas del Imperio, así como del contexto político y social, determinado en parte por el Derecho Romano. De ahí el interés en indagar, no sólo en el ámbito estricto de la teología o de la historia de la Iglesia, sino también en el de las disciplinas concomitantes de la Antigüedad, en una aproximación al tema que ofrece varias perspectivas. En absoluto se pretende agotar con el intento recogido en este volumen todo el horizonte que despierta el estudio de la «filiación» en los inicios de la reflexión cristiana. No se trata de una publicación puntual y repentina, sino de un proyecto de futuro que pueda dejar como herencia un «corpus» de estudios acerca de la filiación. Que pueda constituir un punto de referencia y de enriquecimiento.0