En gran parte de las definiciones de las fiestas que pensadores y estudiosos nos han ofrecido, encontramos la presencia de dos elementos, el tiempo y el espacio, que son presentados jugando un papel determinante. Son respuestas que consideran las fiestas como un modelo cultural por el que el hombre que participa de ellas alcanza los orígenes al hacer que se cumpla la condición de la apertura de un paréntesis en tiempo y espacio propios de la vida cotidiana. Las fiestas vendrían a ser un medio por el que el hombre hace posible lo que siente como un sueño irrealizable, tornar al principio, a la naturaleza en su estado virginal y encontrase a sí mismo en ellas.