La posesión de Navarra fue una ambición que mantuvo Fernando el Católico durante toda su vida, que amañó un falso Tratado de Blois para romper las conversaciones y justificar la invasión como una «guerra Santa». La agregación de Navarra a Castilla se hizo desde el engaño, comprometiendo a los castellanos a defender como propio lo que era objetivo personal.
Desde el mundo académico oficialista se ha llegado a calificar de unión eqüe principal la
dura y pura apropiación del territorio, y aunque el hecho nada tuvo de unidad entre iguales
lo siguen manteniendo.
Como éste, son muchos los aspectos históricos que se han manipulado para consolidar una
invasión carente de razón alguna y Pedro Esarte los recoge y señala tras estudiar las fuentes
documentales.