Los primeros capitulos, que desarrollan los temas de la existencia, unidad y trinidad de Dios, forman el tratado propiamente teológico, ya que versan sobre la vida íntima de Dios. Sigue luego la parte de la economía, o tratado sobre el designio redentor de Dios. Forma parte de esta economía el tratado sobre la creación y las criaturas, que culmina con un resumen de la antropología filosófica. Esta parte no es superflua a toda la obra, pues sin una sana antropología no se puede realizar una correcta cristología. El tratado cristológico se desarrolla sobre estos dos grandes pilares. Según el Damasceno, si no sabemos qué es el hombre tampoco sabremos quién es Cristo. El tratado cristológico se desarrolla sobre estos dos grandes pilares. El Damasceno repite a menudo que Cristo es perfecto Dios y perfecto hombre. El misterio de la vida íntima de Dios y de la creación son usados para iluminar el misterio de la vida de Cristo y de su obra redentora.
Nuestro autor cita Pr 22,28 al inicio de la Exposición de la Fe para asegurarnos que no transgredirá ni la Revelación ni la Tradición. Se ciñe a dicho objetivo citando literalmente y por extenso a los mejores maestros del oriente cristiano. La labor de síntesis del Damasceno ha legado a la posteridad una gran obra que ha sido seguida, sobre todo en su estructura y método, por los grandes autores cristianos occidentales y orientales hasta nuestros días.
Juan Damasceno es el último teólogo de la antigua Iglesia griega que goza de fama universal, y con él se concluye, en oriente, la época patrística. Fue declarado doctor de la Iglesia en 1890.
La presente traducción es la primera edición íntegra de la obra que se publica en lengua castellana.