La LOPD (Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal) obliga a empresas e instituciones a respetar la intimidad y la privacidad de las personas cuyos datos se recogen y almacenan en sus correspondientes ficheros. Sin embargo, son numerosos los casos durante el último año que han hecho a la Agencia de Protección de datos ejercer su potestad sancionadora.