Este no es un cuento para niños.
Lo parece. Tiene ilustraciones. Tiene un título almibarado. Los protagonistas son una niña y su osito de peluche. Pero todo eso no es más que una fachada. En realidad, este es un cuento para adultos que tengan un sentido del humor un tanto siniestro y sepan apreciar los cuentos de hadas de los de antes.