Durante los últimos años, el autor se ha ocupado de investigar en distintos archivos, cuál fue el comportamiento de cada uno de los profesores que constituían el claustro de la Facultad (alrededor de 375), cuando se inicia la guerra civil, señalando además cual fue su suerte al finalizar la triste contienda.
Debe tenerse en cuenta que gran número de estos profesores se establecieron como protagonistas en los acontecimientos políticos de la época, al tomar parte activa no solo en el derrocamiento de la monarquía y posterior instauración de la 2ª República (1931), sino también en el desarrollo de la Guerra Civil. Sirvan como ejemplos el papel de Gregorio Marañón (Catedrático de Endocrinología) en la proclamación de la República, y el de Juan Negrín (Catedrático de Fisiología) como Jefe del Gobierno durante la contienda civil.
Otros profesores participaron activamente, como Diputados en Cortes (Pittaluga, Sanchís Banús, Nóvoa Santos, José Sánchez-Covisa, entre otros), administrando los fondos depositados en Méjico (Rafael Méndez, Álvarez Puche) o desempeñando cargos docentes, civiles o militares importantes (Márquez, Tello, Planelles, entre otros muchos), etc.
Por si fuera poco, tras la guerra civil y establecido ya, el Tribunal Depurador de Responsabilidades Políticas, fueron también dos profesores de San Carlos, sus máximos protagonistas (Enríque Suñer, Catedrático de Pediatría y Fernando Enríquez de Salamanca, Catedrático de Patología y Clínica Médica)
En el texto se intenta también ofrecer al lector una panorámica de cual era el ambiente existente en la Facultad de Medicina de San Carlos durante los años anteriores al 18 de julio de 1936 y durante el primer año de la contienda civil.
El lector juzgará, si se han cumplido los deseos e intenciones de un médico internista que ha osado bucear en el campo de la reciente historia.