Injustamente criticado en el libro Mal de altura de Jon Krakauer por su actuación en la tragedia, Bukreev nos habla, esta vez con voz propia, poco antes de su muerte bajo una avalancha en el Annappurna en 1997. Su dramática narración se entrelaza con una investigación profunda de los hechos por el cineasta y escritor Weston DeWalt, y nos ofrece una perspectiva objetiva de la ambición humana enfrentada a una naturaleza inflexible.
"A primera hora de la tarde del 10 de mayo de 1996 sopló sobre el Everest una tormenta especialmente violenta, que se prolongó durante más de diez horas en las zonas superiores de la montaña. Veintitrés montañeros, hombres y mujeres, que aquel día habían estado escalando en la vertiente sur, en el lado nepalí, no lograron alcanzar la seguridad de su campamento en altitud. En plena ventisca y sin visibilidad alguna, azotados por vientos huracanados con la fuerza suficiente para volar un camión, los escaladores se vieron obligados a lucha para sobrevivir".
En medio de este infierno, Anatoli Bukreev, guía jefe y uno de los mejores alpinistas del mundo, se niega a abandonar la esperanza. Solo, escalando a ciegas en las fauces de la tormenta, consigue salvar vidas humanas abandonadas a una muerte segura.