La relación entre la ética y la medicina tiene una larga historia y tradición que se puede remontar hasta la Grecia, China e India clásicas. La relación entre ambas disciplinas es muy intensa porque la pregunta ética sobre el qué debo hacer se aplica sobre la pregunta médica sobre qué es mejor para la salud y el bienestar de una persona. Los textos que componen este libro tienen como hilo conductor el principio de autonomía. Este principio implica que las elecciones individuales de planes de vida son valiosas y, por lo tanto, el Estado no debe interferir en ellas (dimensión negativa) y debe diseñar instituciones que faciliten la persecución individual de estos planes de vida (dimensión positiva). En los textos se observa que este enfoque eminentemente subjetivo se enfrenta a un enfoque colectivo (dimensión relacional) que recuerda que las decisiones individuales se adoptan y repercuten positiva y negativamente en un entorno social. Este enfrentamiento permitiría observar que las elecciones individuales sólo tienen un valor prima facie, pudiéndose en algunos justificar límites más amplios.