Históricamente, y en nombre del progreso de la ciencia, se ha abusado y manipulado a ciertos grupos de personas, sometiéndolas a experimentos biomédicos: prisioneros, niños, pobres, enfermos mentales, soldados, ancianos, minorías étnicas... En este libro se identifican y discuten, partiendo de ejemplos prácticos, los problemas éticos que plantea la investigación biomédica cuando se realiza con estos grupos vulnerables de la población. La medicina actual necesita llevar a cabo rigurosos procesos de validación científica para legitimar sus intervenciones. Durante tales procedimientos, a menudo es inevitable someter a individuos a intervenciones cuyos riesgos y beneficios todavía se desconocen. La investigación biomédica -o experimentación con seres humanos- genera conocimientos esenciales para el tratamiento y la curación de millones de personas. Ahora bien, el método que emplea implica con frecuencia la instrumentalización de muchos sujetos, que ponen su cuerpo y su salud al servicio del interés común. Por eso, la investigación biomédica, siendo moralmente necesaria, también es éticamente cuestionable.