Desde hace varios siglos, los antropólogos han estudiado los diferentes valores (éticos, religiosos, médicos, estéticos) presentes en las diferentes culturas a lo largo del ancho mundo. Esa exposición a la diversidad les ha situado frente a conflictos de valores, les ha obligado a tomar partido, les ha hecho conscientes de la dificultad de la elección entre alternativas morales. De esas reflexiones han surgido preguntas fundamentales como: ¿Para quién se hace antropología y para qué? ¿La ética antropológica debe definirse en función de cada generación de profesionales de la disciplina? ¿Hay diferentes éticas aplicables según la diversidad de contextos, o un solo marco general? Este libro intenta ofrecer alguna respuesta a estos interrogantes.