Con solo 18 años Amalia es famosa en su pueblo por tener una aguda inteligencia, una prodigiosa virtud musical y un exagerado mal carácter que la condena a vivir cual ermitaña en la granja de su padre. Eso sin contar un extraño y secreto don del que no puede sacar más que disgustos: Leer a la perfección las emociones de las personas. Todas estas frustraciones y dudas sobre los demás y el mundo tecnificado que la rodea cobrarán sentido con la llegada de dos sujetos de muy peculiar mirada, un joven y estrambótico heredero de una importantísima empresa de la capital y su fiel y misterioso mayordomo. Ambos pondrán a prueba la cordura de la muchacha a la vez que la introducen en un complejo conflicto multinacional, donde inteligencias fluctuantes como la de Amalia se consideran un bien muy cotizado y cuya gestión trasciende al presente y futuro del planeta. «Me llamo Amalia del Valle. Y ésta es nuestra increíble y surrealista historia. La mía y la del ser más arrogante y manipulador que he conocido».