Prologar una obra es siempre un honor, pero en la presente no es ni puede ser eso cuando el motivo de la publicación es rendir homenaje y recordar a Miguel Prats, un amigo fraternal cuya temprana y cruel desaparición fue un mazazo del que muchos no nos recuperaremos nunca. Con él se fue una alegría y una pasión por la tarea universitaria que difícilmente volveremos a conocer. \ El libro que el lector tiene en las manos es, claro está, un libro-home-naje, pero se separa de la tónica habitual en esa clase de obras a causa de la especial personalidad del homenajeado. Fue Miguel, como ya he dicho, un enamorado de la Universidad y un amigo y colega dispuesto a ayudar a todos y cada uno de sus compañeros, sin reducirse al tribal mundo de la disciplina propia. Esa amplitud de miras y de afectos dio lugar a que tan pronto como se supo del proyecto de componer un libro homenaje, muchos profesores de materias distintas del Derecho penal manifestaran su deseo de participar en la obra. Esa emotiva realidad hizo que desde un primer momento se decidiera no ceñir los trabajos a la materia penal, para que todos cuantos habían tenido la suerte de ser amigos de Miguel pudieran escribir en ella si así lo deseaban. \ La obra va intitulada como Estudios de Derecho Ambiental, y eso exige también una explicación. La selección del tema, claro está, no fue gratuita. Miguel mostró desde muy joven un gran interés por los temas jurídico-ambientales cuando todavía no habían llegado al primer plano de los problemas jurídicos como sucede, en cambio, en la actualidad, y eso se plasmó en la elección del objeto de su tesis doctoral. La especial atracción por la materia tuvo una excelente oportunidad de desarrollarse a partir de la incorporación de Miguel Prats a la Universitat Rovira i Virgili, Universidad Pública de Tarragona, incorporación temprana, cuando su Facultad de Ciencias Jurídicas comenzaba su andadura hacia la consolidación como Centro Superior, a la que tanto contribuyó Miguel. Su interés académico en implicar las diferentes áreas de conocimiento en temas jurídicos transversales y compartibles le llevó a impulsar los estudios de Derecho ambiental, que hoy continúan siendo uno de los signos de identidad de la Facultad, en los que intervendrían las distintas áreas jurídicas y no solo la de Derecho penal. \