Dentro de la evolución de los grandes orógenos y cadenas montañosas, los procesos de colapso y extensión tiene una gran impotancia. Estos procesos de deformación se preservan excepcionalmente, ya que por los general son posteriores a los importantes procesos metamórficos y tectónicos que levantan las grandes cadenas de montañas. Por estos motivos son buenos ejemplos de cómo actúan los procesos de deformación y las rocas que se generan.