Argumento de Estilo Rico, Estilo Pobre
Encuadernación: Cartoné
Colección: Debate
A la hora de expresarnos formalmente o de escribir -una carta, una circular de vecinos, una entrada en un blog, una novela formidable-, todos procuramos hacerlo bien; y todos tenemos en la cabeza, de una forma más menos clara, una serie de cosignas sobre lo que significa hacerlo bien. Nos han dicho, por ejemplo, que no hay que repetir palabras, o que hay que buscar el término más excato, más preciso. Lo que este libro plantea es hasta qué punto está bien encaminadas tales cosignas. No se trata, pues, del típico manual de estilo que dice si infanta se escribe con mayúscula o minúsucula, si el gentilicio de París es parisino o parisién, o si guión va con tilde o sin tilde. Más bien se busca averiguar si es cierto que los sinónimos son la panacea del buen estilo. O si el temor a las palabras vulgares no nos condena a veces a una cómica pretensión de estilo elevado.
El autor propone una serie de observaciones útiles, divertidas y razonadas, basadas en multitud de ejemplos, para invitar a pensar un poco en la lengua. Recomienda evitar usos cansinos, perezosos e irreflexivos, pero señala también el sinfín de tentaciones que acechan en el camino de la prosa fina y bonita.
Este libro defiende que a menudo el estilo no tiene por qué estar donde nos han dicho y anima a liberarnos de aquellos prejuicios , tantas veces inconscientes, que limitan nuestra disposición a la hora de expresarnos y escribir bien. 1