Tras dibujar el amplio panorama de la presencia hispana en la ciudad, Plaza se centra en algunas implicaciones de los estrechos lazos entre Florencia y España en el siglo XVI para analizar con detenimiento la arquitectura comisionada por españoles, que dio lugar a algunos de los ejemplos más relevantes del panorama florentino e italiano de la segunda mitad del Cinquecento. La relación entre política y lenguaje arquitectónico en tiempos de Cosimo I se sustancia en el estudio de tres personajes y sus palacios: Antonio Ramírez de Montalvo, favorito del duque; Fabio Arrazola de Mondragón, hombre de confianza de Francesco I; y Baltasar Suárez de la Concha, balì de Florencia.