Con todos los medios a nuestro alcance, dentro de pocos años resolveremos los problemas de la alimentación, la producción industrial quedará en manos de las máquinas, los robots harán nuestro trabajo, los humanos recibiremos un salario unicamente por existir y nuestras vidas se alargarán tanto que podremos hacer cuanto queramos.
Podemos prever lo que pasará mañana, pero lo que ocurrirá a medio y largo plazo solo puede construirse desde la imaginación. Por eso, en este libro, la lucha por alcanzar un mundo mejor, ampliamente documentada, se intercala con una serie de relatos cortos en los que se describen lugares de amaneceres todavía lejanos, autopistas de diamantes, espacios interminables, androides soñadores y mentes que son como alas de serpiente.
No nos engañemos, una vez estemos todos sincronizados con las máquinas, solo nos quedará una razón para existir: el desarrollo de la conciencia y el abandono del cuerpo que nos acoge para poder cambiar de envoltorio a nuestro antojo. No habrá nada imposible en el mañana. El universo solo es un medio, el destino somos nosotros.
El autor es geógrafo y escritor y se considera una persona curiosa cuya vocación es aportar un poco de luz al misterio de la existencia. Con esta editorial ha escrito numerosas obras, entre ellas