El Arte de la Pintura no consiste solamente en saber pintar, sino también en saber decir. Es una comunicación entre el artista y el sujeto que lo contempla. Saber leer los mensajes pintados es un don del que lo mira, pero el saber expresarlos es sólo mérito del autor de la obra. Observen ustedes, queridos lectores, cualquiera de los cuadros de Escacena reproducidos en esta obra. Si es aficionado a la Fiesta entenderá enseguida su mensaje, no verá solamente al diestro dibujado, verá también detalles signifi cativos en la forma de coger capote o muleta, en la manera de estar asentado sobre la arena, en el modo de cargar la suerte, en fin en muchos detalles que le hacen adivinar que «este es Curro», o Rafael, o Julián, o José; son verdaderos retratos a color.