«Lo que se recoge bajo este título ?Lumbres? me remite al origen. Creo que no hay poetas sin raíces, que no hay poetas sin infancia en plenitud y esa infancia es el origen. Esta palabra es la empleada en el noroeste de nuestra tierra, en León, en Zamora y se utilizaba siempre para nombrar el fuego del hogar; no nos hablaban de ?enciende el fuego?, sino de ?enciende la lumbre?. Significa claridad, remite a esplendor, remite otros significados»
Para hacer la selección antológica, Colinas ha «seguido un criterio emocional; no por un criterio estético, aunque en mi obra hay varias tendencias estéticas. Parto de lo que es ?mi voz?, de una ?poesía de la moción? de la ?intensidad? de la ?pureza formal?, de la ?musicalidad? y siempre del ?sentido órfico? [?] pero luego entró en esa etapa, que era tan necesaria allá a mediados de los años 60 y principios de los 70, en esa gran necesidad que había de traer un ?nuevo lenguaje?, una ?nueva sensibilidad poética? en nuevas lecturas. Al mismo tiempo, me mantuve fiel acierto ?canon clásico?. Como digo siempre lo, clásico no es lo muerto, lo perecedero, sino lo clásico es un canon en el tiempo, un canon de verdad, de belleza».
En encontramos tres poemas inéditos justo al final de la antología y tres poemas manuscritos intercalados a lo largo de la misma.