La crisis económica actual, cuyas proporciones pueden superar a la crisis de 1929, hunde sus raíces en el final de la guerra fría y en el auge de un capitalismo desatado, sin la moderación de las décadas anteriores. La transferencia de poder de los empresarios a los directivos ha propiciado un cambio de cultura que ha consagrado los gobiernos de tecnócratas sin legitimidad democrática como única solución, pero cuando los tecnócratas fracasen, el riesgo del ascenso de movimientos populistas puede conducir a Europa al abismo. En esta revisión al galope de los últimos treinta años recorremos los momentos claves que conducen al desastre actual: la caída del muro de Berlín, la crisis olvidada de 1988, la desregulación financiera de los 90, y en definitiva la complacencia mundial con el capitalismo de ruleta. Un itinerario funesto que ahora toca revertir.