El destino quiere que juegues en tu vida continuamente, y eso mismo le tocó vivir a un adolescente al cumplir los quince años, teniendo que madurar rápidamente por la necesidad; el mundo que había conocido dejó de existir de un día para otro. Una etapa llena de adversidades y desgracias le hizo caer al abismo, pero gracias a una preciosa rosa encontrada en el camino pudo levantarse una y otra vez. Pero el juego no había hecho más que empezar y fue cuando se creó unos ocultamientos que le hicieron llegar a la locura más extrema dentro del matrimonio.