A pesar de la búsqueda común, sus diferencias son las culpables de que cada una de ellas la encuentre en un lugar distinto y en un momento diferente. La hermana mayor descubrirá que lo que siempre ha ansiado ha estado siempre al alcance de su mano, y la menor averiguará que para amar y ser correspondido solo hay que ser uno mismo.
No obstante, el proceso será opuesto y es que, aunque ambas den los mismos pasos de baile, no sueñan lo mismo.