Maestro de maestros como García Márquez, Héctor Rojas Herazo es uno de los autores más desconocidos del boom latinoamericano, en el que se le puede adscribir tanto por edad como por temática. Su prosa, de la que este libro es quizás el ejemplo más brillante, destaca por su precisión, su lirismo y su colorido. Lo primero que se destaca en la novela es que en ella no se describe el conjunto de las historias individuales que ocurren en un pueblo: Cedrón; trata, por el contrario, de relatar la historia de ese pueblo considerado como protagonista, quiero decir como un todo viviente, capacitado para comer y respirar, para aterrori¬zarse, preguntar y morir. En virtud de este planteamiento, los personajes pasan a ser algo así como vísceras o colmillos de esta gran bestia que es el pueblo, por lo cual la novela tiene un tema central, sólo un tema obsesivo: describir cómo vive ese pueblo dominado por el demonio.