Esta inevitable imbricación entre lo estético y lo ideológico quizá permita explicar como el análisis de los orígenes del cine es algo más que el pequeño territorio acotado del erudito, o que el aburrido entretenimiento académico de un historiador especializado. muy al contrario, tiene mucho que decir a cualquiera que esté interesado en pensar, conocer y saber sobre la realidad (incluso aunque no le guste demasiado el cine); porque dicho acontecimiento histórico plante problemas gnoseológicos y epistemológicos de gran calado: pensar el invento del cine, que siendo una creación científica paso de inmediato y sorprendentemente a ser un espectáculo de baja estofa, primero, y después de arte narrativo, es útil para descifrar y pensar nuestra actual sociedad interconectada y posmoderna en sus claves mas ocultas. Y sobre todo, para poder situarnos de manera más clarividente o critica frente a los textos artísticos y los discursos ideológicos que la configuran.