La regla más importante era saber ganar La inesperada adopción de su sobrina debía de haber vuelto loco a Brad Price. ¿Cómo si no podía sentirse atraído por su rival de toda la vida, Abby Langley? A pesar de enfrentarse en las elecciones a la presidencia del Club de Ganaderos de Texas, Abby no podía evitar ayudar al recién estrenado papá. Y él tampoco podía dejar de pensar en ella? y desearla. A Abby los esfuerzos de Brad por convertirse en un buen padre le resultaban entrañables e irresistiblemente sexys. Además, sus apasionados besos la volvían loca. Aunque no quería ceder, la única estrategia ganadora era la rendición absoluta.