¿Quién es en realidad Víctor Winz? El narrador, profesor universitario de literaturas hispánicas y novelista, apasionado del ajedrez y, de un tiempo a esta parte, a correr maratones, intenta reconstruir la incierta historia de este judío alemán, también ajedrecista, al que conoció en Niza en los años setenta, estableciendo con él, sobre todo a partir de su muerte, una extraña relación maestro-discípulo. El ajedrez se convierte así en el hilo conductor de sus propias trayectorias, marcadas por una única, insistente y paradójica pregunta: ¿cómo aprender a no jugar al ajedrez? El intento de reconstruir el borroso pasado de su maestro conduce al narrador a Berlín, Tel Aviv y Buenos Aires. Para ello, en una atmósfera porteña entre onírica y real, recabará la ayuda fantasmal del escritor polaco Witoldo Gombrowicz, que conoció a Winz a principios de su exilio bonaerense en 1939, y de una bruja uruguaya de nombre Cesaira. Sus pesquisas le llevarán, de forma sorpresiva, hasta los misteriosos asesinatos de cuatro nazis refugiados en la Argentina durante el peronismo, con los que la vida de Winz parece entrecruzarse. Pero seguirle la pista a alguien puede no ser sino una forma, apenas encubierta, de seguirse la pista a sí mismo. Razón por la cual el narrador se verá abocado, progresivamente, a rememorar aquellos años de su infancia, en los que convivió con un empresario alemán del que su padre era el chófer, cuyo pasado remite a una Barcelona de posguerra donde también algunos nazis encontraron, primero acogida gozosa, luego protección y refugio. Dar la espalda es una apasionante e inteligente novela, sarcástica por momentos, tan perfectamente medida como una partida de grandes maestros de ajedrez. Su sorprendente trama desequilibra al lector y le deja sin aliento desde la primera línea hasta el término de ese viaje iniciático en busca de Winz, en el que Bonells hace gala de una prosa inusualmente rica, ágil y fluida.