El padre Christopher Hartley Sartorius se hizo cargo de su nueva parroquia en la República Dominicana el 5 de septiembre de 1997, el mismo día que fallecía en Calcuta la madre Teresa, la mujer que le adentró en el mundo de los pobres.En su parroquia en el olvidado pueblo dominicano de Los Llanos, enclavado en medio de infinitas plantaciones de caña de azúcar, el sacerdote descubrió una realidad infame que le llevó a encontrarse con un rostro de Dios que desconocía: en los cañaverales dominicanos, el padre Christopher se enfrentó a una industria perversa, la de la caña azucarera que utiliza métodos esclavistas en pleno siglo xxi; esa misma azúcar que consumimos en nuestros refrescos, en nuestros cafés, en nuestros pasteles, en nuestro día a díaInició entonces una batalla que a día de hoy le ha llevado a poner bajo la lupa internacional el comercio del azúcar en todo el mundo.Un libro increíble y estremecedor, que nos dejará asombrados, consternados e indignados