La inocencia de una joven emigrante que a principios de los años sesenta del siglo XX se fue a trabajar a Nueva York, y que no tenía idea de lo que el mundo Beatle significaba, hizo que John Lennon y Yoko Ono confiaran en ella. Aquella chica se llamaba Rosaura López Lorenzo. Rosaura compartió con John Lennon los años más íntimos de su vida, el período del que menos cosas se saben porque, por aquella época, el músico decidió recluirse en casa y desarrollar su faceta de padre y marido. Esta gallega fue testigo privilegiado de la vida cotidiana de un ídolo de masas en un escenario por el que todavía hoy merodean diariamente docenas de curiosos. Rosaura no buscaba en absoluto compensación económica. Sólo, tras la insistencia de seguidores devotos de Lennon, quiso obsequiarnos compartiendo con todo el mundo sus recuerdos; unos recuerdos escritos, pero también gráficos, que recogen tanto manuscritos, dibujos, regalos? de los Lennon a Rosaura, como instantáneas domésticas de aquel hombre de Liverpool que, junto a tres amigos, conmocionó al mundo con su música y sus mensajes. Rosaura hizo en este libro (con la ayuda de su amigo el periodista Eduardo Herrero, quien le ayudó a dar forma escrita a sus recuerdos) un ameno relato de sus singulares experiencias con la familia Lennon en el emblemático edificio Dakota de Nueva York.