Un «candidato de Manchuria» es un sujeto al que se ha lavado el cerebro y programado para matar, activado mediante una señal en apariencia intrascendente, sin conservar recuerdo de ello. El término proviene de la novela The Manchurian Candidate (1959) llevada al cine en 1962 por John Frankenheimer, cuyo autor, Richard Condon, se inspiró a su vez en una confidencia hecha por un agente de la CIA, que le relató la amnesia sufrida por soldados norteamericanos hechos prisioneros en Corea, tras su cautiverio en algún lugar de Manchuria.
John D. Marks trabajó durante cinco años en el Departamento de Estado norteamericano como analista y asistente del Director de Inteligencia. Tras abandonar su puesto escribió un libro junto con Victor Marchetti sobre la necesidad de reformar la CIA: The CIA and the Cult of Intelligence (1974). La CIA censuró cerca del diez por ciento de la obra antes de permitir su publicación. Otras obras de Marks son The CIA Files (1976) y Our Context (2002), además de En busca del candidato de Manchuria (1979).
«El espionaje escribió Murray (profesor de psicología fichado por el general Donovan) es una actividad muy atractiva para los solitarios; los psicópatas, que se pasan la vida urdiendo historias, también pueden ser excelentes espías por simple deleite».
«Este libro, publicado por primera vez en 1979, nació gracias a las 16.000 páginas con documentos que la CIA puso en mis manos en virtud del acta constitucional encargada de proteger la libertad de información y de expresión». (John Marks)