Poco a poco se estaba haciendo un hueco en su duro corazón... Jenny tenía pocos recuerdos, aunque felices, de su padre y ahora por fin había reunido el valor necesario para intentar encontrarlo. Sólo un hombre se interponía en su camino: el distante y guapísimo Jason Welborn, el socio de su padre, que no parecía alegrarse mucho de que Jenny hubiera vuelto a casa. Jason estaba convencido de que el único propósito de aquella urbanita era reclamar su parte del negocio para después volver corriendo a la Gran Manzana. Pero Jenny parecía empeñada en ganarse su confianza y, cuanto más intentaba Jason apartarla de su lado, más cálida era la respuesta de ella...