En enero de 1931 Emelina Carreño Pareja (Alcázar de San Juan, Ciudad Real, 1912-Madrid, 1999) fue elegida Señorita España. En las semanas siguientes, su rostro acaparó portadas en los principales diarios españoles y revistas gráficas, y el recibimiento en su localidad natal fue un acontecimiento multitudinario. Se convirtió en la nueva Dulcinea de La Mancha y como tal le dedicaron poesías, romances, cartas de naipes, cromos, láminas de calendarios e incluso un pasodoble. Representando a España aspiró en París a ceñirse la corona de Miss Europa.
El 14 de abril, los españoles vieron como Alfonso XIII marchaba al exilio y se proclamaba
la II República, abriendo camino a grandes cambios. Con el nuevo régimen, las mujeres
adquirieron un gran protagonismo social, cultural y político. Los concursos de belleza
femenina también tuvieron un importante desarrollo, no hubo pueblo, barriada, gremio
laboral o asociación ciudadana que no celebrase el suyo. Fue la edad de oro de las misses
en nuestro país y, durante unos meses, Emelina se convirtió en reina de una España
republicana.
Hasta el momento, Emelina Carreño ha sido la única mujer que representando a alguna
de las provincias que hoy conforman Castilla-La Mancha ha triunfado en este certamen de
belleza. En este libro, el periodista Enrique Sánchez Lubián recupera la memoria de la miss
alcazareña y traza la crónica, hasta ahora no escrita, de los orígenes de estos concursos
femeninos en nuestro país.