En Formentera no hay delincuentes. Ni un solo delito en los últimos años. Es la isla más segura del Mediterráneo. Así lo aseguran sus orgullosos vecinos, que viven en armonía con la naturaleza, ajenos a las prisas y obligaciones que imponen las grandes ciudades. Por eso, cuando a Paloma, una joven de 20 años, el cardiólogo le recomienda descansar, tiene muy claro que la casa de su tía Teresa, en Formentera, será el lugar ideal. Allí podrá relajarse, contemplar la naturaleza y dedicarse a su gran pasión: escribir.
Sin embargo, a los isleños no les gustan los forasteros y, menos aún, personas como Paloma, que pueden convertir la isla en un auténtico infierno. ¿Por qué?