Las dificultades que plantea el estudio del Zen desde el intelecto son de lo más variadas. Al Zen no se lo puede explicar. Sí se pueden ir planteando problemáticas de la vida real y a partir de allí acercarse a alguna posible solución que podría aportar su sabiduría milenaria. El conocimiento del Zen es como esos sueños que nos invaden en la noche como una historia coherente y fabulosa, pero que cuando intentamos llevarlo a palabras apenas despertamos caemos en la cuenta de que ya ha perdido todo su sentido? y nos deja esa sensación de que algo fabuloso se nos ha escapado de las manos a último momento. Planteada esta problemática, ¿es posible pensar en un Zen aplicado a los conflictos de la vida real?, o más precisamente aún: ¿es posible imaginar las enseñanzas del Zen trasladadas al febril mundo de los negocios? El autor propone aplicar estas enseñanzas milenarias (así como lanzadas al viento por verdaderos Maestros del pensamiento y la espiritualidad) y ver cómo cobran vida en auxilio de los desafíos que les plantea el mundo empresarial desde todas sus perspectivas, aun las más complejas.